[CULTURA Y CRÍTICA MUSICAL] CRISIS DE ARMONÍA EN EL NORTE: EL DESAFÍO DE LAS BANDAS SINFÓNICAS REGIONALES.


Por Nuestro Crítico de Música Manuel Güereca.

En un panorama donde la música de vientos sinfónica pública debería ser un pilar de la identidad cultural, varias agrupaciones emblemáticas de Zacatecas y Durango enfrentan hoy desafíos que van más allá del simple ensayo: problemas laborales, falta de profesionalismo y un preocupante estancamiento artístico.

Las personas generalmente piensan que lo mejor para disfrutar de la música barroca, clásica, en fin, música que consideramos académica, por ser sus intérpretes personas que estudian una carrera a fin, es escuchar una buena orquesta sinfónica. Sin embargo, la posibilidad de tener acceso a conciertos de este tipo, es casi nula para la mayoría de la población. Estamos hablando de presentaciones en vivo. Pues de tener acceso, el Internet y el streaming se encargan de hacer la democratización de esto para aquél que puede pagar por el servicio de internet y por lo menos tener un celular con una app instalada para escuchar. Pero regresando al tema, podemos decir que la mayoría de las personas piensan esto y creen o demeritan a las Bandas Sinfónicas; siendo estas de gran arraigo en muchas partes de la república mexicana. Algunas muy famosas y reconocidas como la Banda Sinfónica de la Marina o la del estado de Zacatecas.  Durango también tiene la suya, y hasta una número 2 en La Laguna de Durango, que da servicio a Gómez Palacio y Lerdo tocando en las plazas principales de los municipios y en eventos tanto políticos como festivos.

La crítica para los escuchas es: Una buena banda puede ser mejor que una orquesta sinfónica. Hay que escuchar.

Luego de tener en claro esto, también defiendo aquellos escuchas, me incluyo, que sí aprecian el trabajo que implica pertenecer a una banda sinfónica, pero que también percibimos ciertas anomalías como las que están sucediendo actualmente. Y con esta introducción a la problemática comenzamos la crítica que se tiene que decir y punto.


Zacatecas: Entre Litigio y el Riesgo de la Desafinación

La Banda Sinfónica del Estado de Zacatecas, una institución con profundo arraigo cultural que ha mantenido su actividad con conciertos importantes como el tradicional de Jueves Santo en 2025 y la 19 Cabalgata de la Toma de Zacatecas, está inmersa en una espiral de conflictos legales y administrativos que amenazan su estabilidad.

El punto álgido se alcanzó entre 2024 y 2025 con la emisión de un reglamento que obligaba a los músicos a concursar por sus plazas (trabajos de músico), una situación que fue impugnada por casi la mitad de los integrantes. Aunque el Poder Judicial de la Federación negó un amparo en septiembre de 2025, validando el proceso de selección, la tensión persiste. Los músicos han denunciado que la directora del Instituto Zacatecano de Cultura la cual les suspendió unilateralmente las actividades oficiales. A pesar de los complicados procesos legales, los miembros han manifestado su deseo de concentrarse en la música para mantener viva la tradición.
Sin embargo, en este clima de inestabilidad, circulan críticas no oficiales que apuntan a una alarmante baja en la calidad artística de los músicos que permanecen. Se ha señalado que algunos integrantes restantes carecen del nivel musical necesario para ocupar un puesto en una banda de esta magnitud, e incluso, que estarían entorpeciendo los procesos de selección para proteger sus puestos, poniendo en riesgo el futuro artístico de la agrupación. Estos hechos muestran una banda con gran arraigo cultural, pero con retos organizativos y legales urgentes.


La Banda Sinfónica de Durango No. 2: El Lastre del Dejo Ir.

La Banda No. 2 del Estado de Durango, constituida desde 1948 con la misión de ofrecer música para el gusto popular duranguense (danzones, polkas, mambos) y una plantilla de aproximadamente 28 integrantes, enfrenta una crisis interna de calidad y dirección que es palpable en sus presentaciones.

Pese a tener presentaciones regulares en plazas de Lerdo y Gómez Palacio, y contar con prestaciones y un sueldo digno (que los músicos suelen complementar con trabajos en mariachis y grupos de fiestas, los llamados boderos), la banda ha sido criticada por la falta de profesionalismo de algunos de sus integrantes, evidenciada en el mal aspecto durante los servicios (presentaciones musicales) y, lo más grave, la mala interpretación musical.

El crítico melómano nota una predilección por el repertorio muy popular que, en muchos casos, sustituye piezas que demandarían conocimiento y dominio técnico del instrumento. La agrupación sufre de una evidente falta de archivo musical, y el miedo a equivocarse es tan grande que evita la inclusión de repertorio nuevo. A esto se suma la falta de continuidad al tocar, con mucho tiempo de espera entre canción y canción, y una mala interpretación del estilo del danzón (salvo la pieza Nereidas, que tocan "de Talón" como ellos le dicen).

Es evidente que no existe una dirección artística con capacidad suficiente para elevar la calidad interpretativa, y mucho menos el ensayo musical constante, indispensable para montar nuevo repertorio. El cambio de director, según las observaciones, no ha logrado revertir este preocupante declive. Pues el que ha llegado no se tiene una especie de exámen para que demuestre sus habilidades musicales requeridas para el puesto.

Fresnillo: La Paradoja de un Festival Vacío.

La Banda Sinfónica Municipal de Fresnillo “Santa Cecilia”, institución histórica desde 1881, mantiene una vida musical intensa. En 2025, fue sede del XXX Festival Nacional de Bandas Sinfónicas, un magno evento con más de 600 participantes. Además, la banda muestra un compromiso con la formación, habiendo impartido un curso de Dirección de Bandas Sinfónicas en julio de 2025.

Sin embargo, detrás de la fachada de ser anfitriona de eventos de gran calado, existen críticas a su gestión en el formato de estos encuentros. A pesar de los esfuerzos por la formación, estos famosos encuentros de bandas (como el Festival Nacional de Bandas Sinfónicas 2025) han sido tachados de ser un mero "pretexto para que directores se den bluff".

La crítica más severa es que se eligen piezas musicales que los estudiantes no tienen la capacidad de interpretar, llevando a un ineludible descenso en la calidad general del evento. Aunque la banda de Fresnillo es un referente clave en la vida cultural de su municipio, es urgente que renueve los conceptos detrás de sus festivales si desea que sigan siendo plataformas de crecimiento y no de vanidad.

Conclusión: Urge Recuperar la Disciplina y el Arte

El estado actual de las bandas sinfónicas en la región refleja una preocupante dicotomía: instituciones históricas luchando contra sí mismas (Zacatecas y sus conflictos laborales), agrupaciones tradicionales que han dejado de priorizar la excelencia (Durango No. 2 y su falta de dirección artística), y anfitriones de festivales que han olvidado a la base estudiantil (Fresnillo).

Nos leemos a la próxima.




 

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