Groovy y la polka inmortal
Groovy y la polka inmortal por: Werekation Era el año 1900, y Pioquinto González se encontraba en su pequeña sala de Torreón, frustrado. El evento de inauguración de los tranvías entre Lerdo y Torreón estaba a la vuelta de la esquina, pero su musa parecía haberse evaporado. El arpa, el violín y el piano esperaban en silencio, testigos de su bloqueo creativo. De repente, un destello azulado iluminó el cuarto, y ahí apareció Groovy, el peculiar robot con cuerpo de cassettera y una antena que chisporroteaba al ritmo de un vals imaginario. Pioquinto dio un brinco y soltó su pluma. —¿Quién... o qué eres tú? —preguntó el músico. —Soy Groovy, un viajero del tiempo —respondió con su voz metálica pero amable—. Estoy aquí para ayudarte a componer la melodía que marcará la historia de esta región. Sin más explicación, Groovy ajustó un dial en su pecho, y una suave melodía emergió de su sistema. Era un compás vivaz, alegre, como el traqueteo de los tranvías al avanzar por los rieles. Pioquinto esc...